lunes, 10 de diciembre de 2007

Continuando en Pecado

Cara de Santa
Rompiendo el cielo con los ojos mientras camino del instituto a casa. Sonriente, a la vida, para mí y mis adentros. Casi una portada de album sesentero o una tímida adolescente con la alegría de haber recibido La Sonrisa de vuelta. Acaso me pregunto si alguien, tras un roce de pupilas, especulará de las razones. Río más. Sigo escuchando Oasis.
De la nada, la viejecita que duda antes de bloquear mi cabalgata. Desconecto la extensión acústica derecha con una sonrisa.
-Hola nena...¿Tú tienes biblia en casa, no?
Bofetón de frente. La pila de libros acunada entre mis brazos me etiqueta. Aunque bien me la juego por que sea la pincita en la frente la que insinua pureza.
Dudo, dudo, dudo. De mi boca quiere saltar la verdad, decirle que nunca me han bautizado y que la única vez que entré a una iglesia, y tras haberle pegado un mordisco crujiente a una oblea blanca entre los dedos, respondí sencilla al escandalizado cura que no me sabía el "santo padre". Me sacaron a golpe de sonrisas hipócritas y más contundentes golpecitos en el omoplato.
El flash de su esperanzada sonrisa junto a un volantín apastelado me atravesaron el pecho. El morbo se alió con mi empatía geriátrica -siempre he tenido debilidad por el trabajo comunitario-
-Sí, claro señora.
Me odiaba a mí misma. Me podía más la curiosidad, el morbo, el impuro y terrible afán de saber.
-Bueno, pues toma. Léelo con paciencia y mucha atención.
Me entregó un volantín de 9,5 x 14,5 que anunciaba en negrilla "PRONTO ACABARÁ el sufrimiento" encima de un cuadro idílico en que aparencen superpuestas canastas con calabazas y manzanas rojas, y un jardín de botones de príncipes donde se sientan un joven de color y una guapísima jovencita caucásica sonrientes. Atrás, alces, pinos, una pradera, caballos y una casa.
En otras palabras, el cielo.
Asentí y acogí al panfleto entre mis palmas. Al reanudar mi caminata, justo tras haber dejado a la viejita de dios a mi espalda, alcé las cejas en ademán divertido. Divertido, eso sí, por la rareza de la vida y las reacciones humanas; por descubrir lo fuerte que puede ser el sentimiento de deseear contribuir a la felicidad ajena. Especialmente la de viejitas de sopotocientos años cuyas piernas parecen querer ceder en cualquier momento.
Justo en ése instante, y nuevamente por la rareza de la condición humana, una viejita limón -estereotipo de viejita con malos lacteos y peores pulgas- me dirigió una mirada de odio terrible correspondiente a su condición de buscadora de maldad en carnes jóvenes. Yo, por darle lo que buscaba, aunque no estuviera en despensa en aquellos instantes, le guiñé el ojo con picardía.
Más risas y más rayos por los ojos.

Mente de Santa
Llegando a casa, como suelo hacer, tiré las cosas a la cama y me deslicé en la cocina a devorar una taza de cereales. Descalza y en brassier, paseé tatareando unos coros de Todo, mientras planeaba mi agenda de estudios para la tarde. Encendí un pitillo (y todavía en brassier y descalza) y me puse a leer un par de blogs. Después, ya con una par de caladas encima, volví a la cocina para robar unas almendras y descansar la vista con algún episodio morboso de Dean Moriarty. Empapada de cuerpo entero -por no haberme traido una toalla a la ducha- me desplacé en completa desnudez en búsqueda de paños con efecto secante; conste el hecho que fantaseé con la aparición de alguna silueta esculpida que removiera su toalla para dármela a mí. Sonriente por el juvenil cuadro tan eroticamente ingenuo, arranqué con furia uno de los papelillos "en espera" de mi corcho y esbocé otro relato corto de marco sexy -pues, no siendo fan de las descripciones, si me gusta plantear inconclusa alguna escena picante cuando llama la ocasión-.
A todo ésto, me acordé de la viejita del camino y me brotó en mi mente la nota mental recordando que ultimamente no se me cae el vocablo "cabrón" de la boca.
En días como éstos adoro a la sociedad. Y reirse, con ella y de ella.

Nueva nota mental a las 23:34: Me queda mucho por aprender...

1 comentario:

Raúl Retana dijo...

Vaya estilazo. Oh yeah, cada vez tus relatos me gustan más :)
Un Saludo

La parte sexy...muy, muy buena.