martes, 13 de noviembre de 2007

Humanos: Hay Esperanza en el Reflejo del Fondo de la Botella Vacía

Sólo hace falta salir unos momentos a la calle para que vuelva a escurrirse de mi boca el mantra que últimamente no me abandona: la sociedad está decadente.
Será por repetición o por el maldito complejo de rebeldía que tendrán cuatro neuronas que malviven en mi cerebelín, pero en carne propia veo mi aire viciado de tal forma que ni pegando nariz al asfalto puedo evitar ponerme azul. Está allí, una decadencia que se pasea por la calle enguantada en firmas y textiles manofacturados por niños indostaníes, que se deja "exhibir" en cafetines "de moda" con la "gente más cool de la ciudad".

¿Vómito con o sin lentejas?...¿Tal vez un terrón de azúcar?

Porque claro, no han falta demasiadas reflexiones para darse cuenta que se ha llegado a puntos de decadencia extralimitados y de extensión casi universal, afectando sociedad por ambos cabos. Ya ves, el zoológico se expande. Se pueden observar rostros de barbillas bajas y ojos cerrados sorber de carísimos licores mientras ríen con pérfidas expresiones al observar rebaños botelloneros encaminarse a los fusilamientos neuronales masivos.

-¡Jo! Pijis, mira que lamentable. (Tono de voz grave y arrogante)

-Ay, Lopez, no sé por qué te fijas en semejantes engendros. Ya he dicho yo que hay excedente de población en el mundo... (Voz más aguda con rasgos melosos)

-Tienes razón. Qué banal y lamentable es esta sociedad a la que nos vemos obligados de aguantar. Menos mal somos inteligentes y podemos salvarnos con nuestros intelectos superiores y jerseys de marcas exclusivas, sin ello no sé cómo podríamos soportar otro minuto de existencia.

-Bueno, no hay que ser tan desprendido. Más bien debieran agradecernos ellos de que nosotros existamos y podramos serles útiles como líderes que les dejemos migajas del sistema de pensiones los años venideros. Somos su salvación futura. Sin nosotros, la anarquía y la destrucción.

Humanoides pedantes vestidos de seda riéndose de humanoides intoxicados vestidos de prostituta.

Y claro, tú allí de pie con deseos de atravesarte las sienes con una nueve milímetros al ver el futuro que le depara al mundo.

Sin embargo, siempre está el factor humano -y por ahí a alguno que dijo de creer en una experanza contra la decadencia-; puede que haya una luz, aunque solo un tenue resplandor. Personalmente, he conocido, y conozco, especímenes de ambos extremos, y debo decir que en muchos casos la calidad de persona y los corazones son excepcionales. Son gente con la que he compartido y comparto, porque disfruto de su condición humana y de la amistad que puedo llegar a entablar con ellos, parodias de ropajes u opiáceos aparte. Éstos individuos, inconscientes víctimas y corresponsales de la decadencia (cada uno por igual), podrían construir una sociedad más real si desnudaran de sus mentes y corazones todas esas concepciones que los limitan y los encasillan en sus moldes correspondientes. Pero bueno, tanto o más se podría decir de mí, pues tampoco estoy en posesión de la experiencia ni saber como para juzgar con semejante mano filosofías ajenas -especialmente con mi record de dudosa estabilidad de pensamiento-.

Un punto más en una línea más en un plano más...sólo un punto.

En fín, me sobrecojo algunas veces. Creo que llego a abstraerme tanto que siento que me oprime la sociedad por ambos lados, y enloquezco por momentos. No sé en qué extremo estaré yo, gustaría pensar que en ninguno, pero lo veo un poco dificil dado que soy humana (o por tal me tengo) y por tanto también influenciable -por más lento que sea el fuego-.

Interrogantes:
¿Caeré yo en las garras de la decadencia? ¿O soy ya víctima?
¿Qué va a pasarnos?
¿Llegarán épocas de guerras entre las masas intoxicadas y las enguantadas en fracs y encaje?
¿O brotará el pensamiento luminoso de forma inesperada y espontánea en la cabeza de todos. pudiendo todos vivir en una gran hermandad de amor?

¿Hay esperanza allí afuera?

No hay comentarios: