domingo, 4 de noviembre de 2007

Egoismo Visceral

A falta de producción, un texto que escribí en momentos de mayor cordura y dicha:
Creo que el ser humano actual, dadas las circumstancias de la sociedad que le rodea y su propia naturaleza, tiende siempre a ser egoista. Vive para sí, ensimismado en sus propios problemas y sus propias desdichas, preocupado por sus propias ambiciones. Pelea con los otros para conseguir hacerse con alimentos suculentos, seducir a las mujeres más apetecibles o simplemente para verse poderoso, sean los que sean los medios de los que se valga.
Puede que, en actos que corresponden a lo que se ha generalizado bajo el término "altruismo", demuestre una pizca de amor fraternal. Pero poca cosa.

Desde pequeños nos acostumbran a digerir el egoismo entre leche y mermelada, incluso en el biberón. Vemos a nuestros compañeros regocijarse en sus buenos méritos o deshacerse en celos por el éxito ajeno, ambiciosos por ser más, tener más, ser más queridos.

Pero...¿A qué se debe tal inconformismo?

He llegado a pensar que el ser necesita diferenciarse, destacar. No es malo, no; tampoco soy tan prepotente o ingenua como para juzgar con tal ligereza. Pero me sorprende la fragilidad que nos sustenta, pues siempre que se actúa con la pretensión de ser "el más", se puede caer en la decepción y tristeza de el fallo.

Nosotros mismos cavamos nuestros propios agujeros.

Aún y todo, el problema no recae realmente allí. Lo que me choca no es la iniciativa y valentía del individuo que desea autosuperarse y ser mejor, no. Lo que no entiendo es el sentimiento del "más" en sí, el querer ver las cosas desde arriba, ver a tus congéneres inferiores y pisables. Porque...¡eso es lo que se desea en el fondo!
Los bonitos valores y los sentimientos fraternales quedan para Dickens y Sociedad de los Poetas Muertos...

El agua de la taza gira en sentido negativo teniendo como sistema referencial el borde.

No obstante, necesitamos un chivo espiatorio....

¿Será la sociedad la culpable de manos ensangrentadas?

Cierto es que la sociedad nos ha hecho desear ser Dr.Houses y Denny Cranes, nos ha enseñado a mirar con disgusto trabajos nobles y justos como el de barrendero o carnicero...

Y quién me diga lo contrario, bien que miente a su inteligencia.

Pregúntale a quién quieras o tí mismo: ¿Desearías que tu hijo fuera mañana limpiador de ventanas? ¿Trabajarías hasta morir para que tu niño fuera mozo de cuadra?
¿O pretenderías que por lo menos lograra obtener un mejor trabajo que tú, con un mejor sueldo y una "mejor realidad" (que soterra el concepto de menos horas de trabajo con un mayor poder adquisitivo)?

Sinceramente, y dejando de lado toda aparente convicción John Lennista y demás... la sociedad produce muchos "sí"s a lo segundo.

¿O es que simplemente viene de dentro, de nuestras entrañas gorgojeantes?

Puede que sí. A fín de cuentas, la sociedad se consolida y conforma por los individuos.
Aunque bueno, entrar en tal dilema sería peor que pensar en la gallina y los huevos...

El hecho es que en el fondo queremos más. Siempre. A todas horas. Y nunca será suficiente.

¿Es éso reprochable?

Ni yo misma podría responder a tal pregunta. En carne propia, podría ser juzgada pecadora.
Siempre he querido tener una vida llena de experiencias...pero eso puede conllevar, en algunos casos, el destacar.
Diga usted, juez...

Estamos todos condenados.

Pregunta: Desnúdate de toda concepción que tengas de tí mismo y piensa por un momento en lo que deseas llegar a ser/tener en la vida y por qué lo deseas (descarta el Amor o el Arte).
¿Podrían tacharte de egoista?

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